Armando la valija

Así es. Mañana a la noche parto hacia la ciudad más densamente poblada del país para aprender (en un solo día, así que viaje relámpago) una actividad netamente rural: veáse el hilado artesanal, a mano y con rueca, cómo pasar del vellón sucio recién esquiladito a un reluciente ovillo de colores. Y ando hecha una loca ansiosa, lo cuál, debo confesar, no me cuesta mucho.
Ya tengo los pasajes, la ropa que me voy a poner limpita, memorizado el recorrido de los subtes, la guía de la capital por las dudas, las dires de varias librerias para ver si encuentro ESE libro de telar mapuche, calculo que hoy no duermo y mañana tampoco, jajaja.
Como verán, ni yo ya me aguanto.
Pero espero volver rebalzante (Marisa, vos que estudiaste letras... ¿existe esa palabra?) de conocimientos, ya me imagino armando la urdimbre del telar con lanita hilada con esas manitos!!!! O, ya me imagino el vellón ocupando algún rincón de la casa y yo comprando lana de oveja, jajaja. Igual yo siempre tejí con acrilico.
Posteo raro el de hoy. Mi amiga Juliana me dijo que esto se está desvirtuando, que más que un blog de tejido, arme una cuenta en facebook. Me niego, mi catarsis la hago acá. Igual las que tejen saben que los tejidos cuentan cosas, y de última, las anécdotas también son parte de una trama, pero de otra.


Si, ya sé que la foto no tiene nada que ver, pero bueno, a mi me encanta y se me dió por ponerla. Además al Kuma lo tengo abandonado, igual cuando menos se lo esperen reaparece, ya que el muy loquito sigue haciendo de las suyas.
Nos vemos en unos dias!