lunes, 23 de febrero de 2009

Kuma-San. Primera parte

El ruido me atrajo. De repente volteé y vi que algo se movía entre mis ovillos de lana. Contuve la respiración, inmóvil, y fue allí cuando pude verlo. Primero, una orejita y parte de su cabeza, luego la otra, y sus ojos verdes, brillantes, mirándome. Permanecí quieta, sin saber como reaccionar. Lo encontraba tan curioso como seguramente él a mi, y fue eso lo que me dio la confianza para intentar establecer algún tipo de comunicación. Intenté lo primero que hace uno al ver a alguien. Le ofrecí saludos en todos los idiomas que conocía:
-¡Hola! Hi! Buon giorno! Guten tag! Bon Jour! Kalimera! Ohayo gozaimasu! –
Y por suerte, reaccionó ante este último, ya que me quedaba sin idiomas, e iba a tener que pasar a los inventados, con las complicaciones que eso implica.
Su reacción, igualmente, fue casi imperceptible, pero yo estoy segura de haber divisado un atisbo de sonrisa en su pequeño rostro. Acto siguiente, me señale a mi misma y dije mi nombre. Él continuaba mirándome, sin decir nada, y sin dar indicios de pretender hacerlo. Quedamos así un rato, no se que tan largo, hasta que noté que parecía tener frío. Despacio, tomé un cuadradito de tela que había hecho con el telar tiempo atrás y que jamás había utilizado en nada y se lo acerqué. Dio algunos pasitos hacia el. Me alejé un poco, para que adquiriera confianza y tomara el tejido, después de lo cual se alejó corriendo rapidito. Antes de desaparecer me regaló, esta vez si bien visible, una sonrisa. Creo que volveremos a vernos…

2 comentarios:

  1. Despues de ese encuentro...
    Creo que habra mas historia que contar..

    Asi que sufrimos del mismo mal?
    Bolsitis aguditis?...
    Besitos

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  2. continuará... jeje me gustó, estaré esperando noticias de tu nuevo amiguito, gracias por pasar por mi blog, tu casita igual me gustó, claro que a telar creo haber tejido sólo una vez en la vida... en el cole, a lo mejor algún día....te dejo un abrazo y un besito :D

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