
El viernes estuve visitando a Silvia y le contaba que tenía poco tiempo para tejer, mientras la veía a ella tejer rapídísimo este chaleco, y a su mamá también con las agujas en la mano. Volví a casa con unas ganas tremendas de agarrar las agujas, y aproveché unos restos y muestras de lana hilada y me armé este cuellito.

Y gracias por entusiasmarme, quizá lo que me faltaba era la iniciativa de hacerme de un ratito para hacer, cunque sea, un proyecto chiquitito :-)